Desde que el ser humano es sedentario, se han buscado otras
maneras de movimiento, un cambio y renovación constante del ser y del entorno. A partir de esta necesidad surgen diversos
rituales (ritual: serie de acciones realizadas principalmente por su valor
simbólico. Están basadas en alguna creencia religiosa, una ideología política,
las tradiciones, los recuerdos o la memoria histórica de una comunidad) que a
pesar de su evolución y distintas interpretaciones, nos han sido heredados para
conseguir la purificación espiritual tan buscada, colectiva y personalmente.
Entre estos rituales, tomo como referencia la Ceremonia del
Fuego Nuevo que realizaban los mexicas cada 52 años, en la que se quemaban objetos de uso
ceremonial, sagrados o profanos; tanto los que se utilizaban en sacrificios
oficiales como los que se tenían en las casas del resto de la población, además
de objetos viejos como ropa y trastes; también se deshacían de todos los
instrumentos para crear fuego. Al final, se apagaba el fuego y todo quedaba en
completa oscuridad. Todo esto con el propósito de mantener un equilibrio y
orden en el universo. El fin de una etapa marcaba el inicio de una nueva y un
flujo del tiempo.
En su ensayo Psicoanálisis
del fuego, Bachelard afirma la atemporalidad en la que vive el humano, y
como construye sus pensamientos a partir de sus sueños o memorias; establece
que algo que acaba lentamente o con el tiempo, es producto de la vida, pero lo
que acaba rápido o en el instante debe ser producto del fuego; equiparándolo
con las pasiones y su efecto de consumir.
Con el objetivo de lograr un desprendimiento, cambio de
vida, y continuar con el flujo del tiempo, se realiza un ritual en el que
participan personas que deseen quemar algún objeto que está directamente
relacionado con algún impedimento (de manera personal) para los propósitos ya
mencionados.
La pieza consiste en una plancha de 50 x 50 cms (la forma de
la plancha puede cambiar), con perforaciones distribuidas a una distancia de 5
cms entre ellas. La persona que participe se colocará a una distancia de 1 metro
aproximadamente, donde se encontrará un sensor de audio que registrará un
sonido a alto volumen, con el que enviará una señal a una válvula que dejará
pasar el gas suficiente para crear una flama que incinere el objeto.
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